BASES ECONÓMICO-SOCIALES DE LA CONTRIBUCIÓN DEL POPULISMO EN AMÉRICA LATINA








PALABRAS CLAVES: Economía, populismo, sociedad, statu quo, elites.

IDEAS PRINCIPALES: Según Entrena Durán, la cris económica de los años 30 trajo consigo un cuestionamiento al modelo liberal ortodoxo que sustentaba sus principios en la división internacional del trabajo; asignando a esta región del mundo la función de producir materias primas destinadas a la exportación. Dicho contexto permite configurar un fenómeno populista que centraba sus planteamientos en la necesidad de fortalecer una industria nacional que permitiera la elaboración autónoma de productos y la no dependencia del imperialismo.

Proceso Industrializador que tuvo como principal problema: los pocos incentivos a las industrias nacionales para modernizarse, mejorar sus métodos de producción e ir acomodándose gradualmente a las exigencias de competitividad internacional; lo que se traduciría en futuras crisis y brutal regreso a la ortodoxia liberal que tan funestos efectos tuvieron en los años 60 y 80 en lo referente al desmantelamiento de las deterioradas y poco competitivas estructuras industriales en ciertos países del cono sur.

En el campo social los bruscos procesos de modernización inherente al tránsito de una sociedad arcaica o rural a otro de naturaleza moderna urbana o industrial, traería consigo una gran migración o desplazamiento de las comunidades rurales hacia centros urbanos, convirtiéndose en caldo de cultivo para los discursos populistas, que prometían un cambio del statu quo y una ilusión de acceso al poder por parte de las masas.

Los populismos latinoamericanos se caracterizaron por establecer dinámicas poli-clasistas en las que se genera una ilusión de gobernanza compartida entre las elites y las masas. El texto de Entrena Durán expresa la existencia de dos tipos de populismo uno de carácter personalista como los desarrollados en argentina con Perón y otro más cercano a la dinámica de lucha de clases Marxista desarrolladas esencialmente en México como populismo estructural.

El populismo puede ser entendido como un movimiento político que sustenta una ideología anti-statu quo y con un fuerte arraigo popular cuyas bases o nexos de organización son:

1. Una elite situada en los escalones medios o más elevados de la estratificación y motivada para llevar a cabo una acción anti-statu quo.

2. Unas masas movilizadas constituidas como resultado de la “revolución de las aspiraciones”

3. Una situación de agitación social y de entusiasmo colectivo.

COMENTARIO CRÍTICO: 

El populismo en América latina se constituye como un movimiento político sin unas estructura de alternativa económica de fondo, que resuelva las diferencias existentes entre las relaciones de dominación (entre clases sociales), lo que resulta convirtiéndose en una expresión propia del reacomodamiento del capitalismo como sistema económico predominante. Situación por lo cual a pesar de existir una idea interesante de soberanía industrial y económica, esta se constituye en pequeños paños de agua para las contradicciones inherentes al orden social capitalista.

Al no existir un planteamiento que resuelva la causa estructural de las desigualdades sociales, dichos proyectos políticos terminan retornando y convirtiéndose en etapas del imperialismo mucho más devastador que las cuestionadas anteriormente; esto se da por que este tipo de proyectos alternativos (populismo) que se configuran en el imaginario de las masas como sociedades deseables, prometen grandes transformaciones que en ultimas no se cumplen.

En el contexto social el populismo tampoco representa un conjunto de valores alternativos (solidaridad, fraternidad, respecto, justicia e igualdad) que se constituyen en un antagonismo al orden social permanentemente cuestionado; al contrario se presenta como un proyecto de cambio pero mantiene valores personalistas y autoritarios que no aportan a la construcción colectiva, fortalecimiento de la conciencia social y empoderamiento de las comunidades.

El populismo con su proyecto de construcción de sociedades poli-clasistas tampoco aporta a la generación de una conciencia de clase, que permita a la comunidad entender el papel que juegan en las relaciones de producción (trabajador-propietario) por lo cual termina convirtiéndose en una ilusión de acceso al poder por parte de los sectores más desfavorecidos. 

Su discurso antiimperialista si bien es relevante en la consideración del derecho fundamental de los pueblos a auto-determinarse y construir relaciones justas internacionales, este no incluye la perspectiva internacionalista que permita entender la geopolítica y la construcción de bloques regionales que posibiliten el establecimiento de un mundo multipolar.


Jhon freddy Grisales - Estudiante Escuela superior de administración publica -ESAP- Taller Regímenes y Sistemas Políticos Latinoamericanos.


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